Ernesto Gutiérrez Conte, presidente de AA2000;
Rebeca Selley, gerente general del Hotel y Natalia Oreiro, madrina del evento,
fueron los anfitriones del encuentro y manifestaron su agradecimiento por la
excelente convocatoria y por el compromiso solidario que mostraron todos los
presentes.
Con motivo al 90º Aniversario de La Mansión, el
martes 30 de agosto el Four Seasons Hotel Buenos Aires organizó una Gala
ambientada en los años ‘20 auspiciada por Aeropuertos
Argentina 2000, presidida por Ernesto Gutiérrez Conte y a total beneficio de UNICEF.
A lo largo de la noche se recaudaron más de
200.000 pesos que fueron destinados al programa “Maternidades Seguras y
Centradas en la Familia” para lograr, en más de 100 grandes maternidades y
hospitales, buenas prácticas para las embarazadas y sus bebés, mejorar la
calidad de la atención y reducir la mortalidad materno-infantil.
Gabriel Olivieri, director de Marketing del Four
Seasons Hotel Buenos Aires, y Jorge Lukowski, director de Relaciones
Institucionales de Aeropuertos Argentina 2000, fueron los encargados de recibir
a las personalidades que apoyaron la Gala. Entre ellos podemos mencionar a Adrián Suar, Griselda Siciliani, Carla Peterson, Carolina “Pampita”
Ardohain, Benito Fernández, Laurencio Adot, Jorge Ibañez, Carlo Di Domenico,
Fabián Zitta, Patricia Della Giovampaola, Teresa Calandra, Diego Balut, Ingrid
Grudke, Karina Mazzoco, Soledad Silveyra y Cecilia Zubherbuller.
Julián Weich, embajador de Unicef en Argentina, acompañó a Natalia Oreiro en la conducción a lo largo de toda la noche. Por su
parte, Griselda Siciliani y Carlos Casella estuvieron a cargo del show, con
canciones románticas no exentas de humor.
Los diseñadores más reconocidos del país
participaron con sus musas en este evento y fueron los encargados de entregar
el premio al Mejor Look de la noche que recayó en Gabriela Ruiz, propietaria de
Rojo Tango y Café Los Angelitos. Más tarde, Teresa Calandra se encargó de
rematar distintos lotes, entre los que hubo un fin de Semana en el Four Seasons Resort Carmelo, una
camiseta de la Selección Argentina firmada por Leonel Messi, y un anillo de oro macizo de Piaget, parte de la
colección “Possession”, que fue adquirido por el empresario Sebastian Darcyl.
El menú fue creado por Juan Gaffurí, chef
ejecutivo del hotel, quien combinó sabores criollos de los años ‘20 con la
influencia europea de aquella época. La Entrada fue salmón confitado en oliva y
cítricos, arvejas cremosas, hinojos y tapenade de alcauciles. El segundo plato
fue puchero de asado cocido 31 horas en consomé oscuro, raviol de rabo
braseado, vegetales bebé, compota de echalotes y oporto. Por su parte, el
postre fue vigilante, flan de queso, membrillos, helado de leche y cristal de
caña Legui.
La decoración se inspiró en los años 20, al igual
que la música y vestimenta de los invitados. La ambientación estuvo a cargo de
Gerardo Acevedo y Upeople. La idea consistió en redescubrir los tempranos años
veinte. Se rindió homenaje al Art Decó y a los grandes exponentes de la época.
Plumas, caireles de cristal, orquídeas, esculturas y detalles dorados fueron
algunos de los recursos utilizados para evocar la sólida identidad del estilo
Art Decó. Cada uno de los cinco salones de la Mansión tuvo una decoración propia,
distinta a las demás. El Lobby contó con arreglos altos, con grandes abanicos
dorados, emulando el exotismo oriental propio de la época. En el salón
Printemps se dispusieron arreglos de hojas verdes y maceteros con arecas y
rafis que crearon una atmósfera hipnótica y sensual. En el salón L´Ete se buscó
transmitir la delicadeza, el refinamiento y las formas dóciles que
caracterizaban el estilo a través de los centros de mesa. Estos consistieron en
pequeños jardines conformados por estatuas en tonos cobre, buxus, orquídeas
naturales y recreaciones de joyas florales en cobre. El salón L´Automne fue el
encargado de comunicar la frescura y soltura del art decó a través de centros
realizados con grandes plumas, líneas de caireles con formas orgánicas y bases de
hojas verdes. Lo más comentado de la noche fueron las seis libélulas de más de
2 metros de altura, inspiradas en un reconocido diseño del genial joyero René
Lalique, que se dispusieron en el salón L´Hiver, y cuya compleja realización
demandó la labor exclusiva de 10 artistas durante tres semanas.
La Historia de La Mansión: En 1920, Félix de
Álzaga Unzué le obsequió a su mujer, Elena Peña, la mansión como regalo de
bodas. Buenos Aires era considerada entonces “la París de Sudamérica”. Para ese
momento, la ciudad se pobló de imponentes mansiones, plazas, monumentos y
bulevares de estilo francés. Los dueños de La Mansión, Félix de Álzaga Unzué y
Elena Peña Unzué, pertenecieron a esa época dorada. Con esta Gala buscamos
recuperar la grandeza de aquel tiempo que se fue, y festejar los 90 años de una
de las construcciones francesas más espectaculares del país por su valor
arquitectónico.
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